La represión y el futuro de las gradas antifascistas de Euskal Herria

Hordago reúne a Bultzada, Herri Norte, Iraultza 1921, Iñigo Cabacas Herri Harmaila (ICHH), Indar Gorri e Indar Baskonia para abordar la persecución y la criminalización que sufren estos grupos del mundo deportivo.
Gradas antifas en Euskalerria - 0
1 nov 2025 05:30

Los estadios de fútbol y baloncesto de Euskal Herria han tenido desde sus orígenes una estrecha relación con la reivindicación polítca. Ejemplo de ello ha sido la actividad de grupos míticos como Peña Mujika en Anoeta, Herri Norte en San Mamés o Indar Gorri en el Sadar. En los últimos años, todas estas gradas han denunciado una persecución constante a su actividad dentro y fuera de los estadios. Y señalan como culpables a la Comisión Antiviolencia, a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (FCSE) y los propios dirigentes de los clubes.

Las gradas vascas se han caracterizado siempre por su gran carga política y su implicación directa en diferentes conflictos. Del mismo modo, estos grupos han sido un punto de encuentro de la clase trabajadora y de los sectores populares. Actualmente, la elitización del fútbol, la subida de precios, los horarios entre semana y el alto coste de la vida han provocado que la clase trabajadora vaya perdiendo protagonismo e independencia política y organizativa dentro de los estadios y fuera de ellos.

“Las instituciones y las fuerzas represivas buscan despolitizar las gradas y que el trabajador pierda el poco poder e influencia que tiene en ellas”, recalca un miembro de Herri Norte

“Lo que se busca son gradas teledirigidas por los clubes que no protesten y que sigan las directrices de La Liga. Un ejemplo claro de esto sería la 'Grada Fans' del Real Madrid, grupo que funciona a las órdenes de Florentino Pérez”, cuenta un miembro de Iraultza 1921, afición del Deportivo Alavés. Desde Indar Gorri recalcan también la agudización de la represión al ser un grupo antifascista. “Los grupos antifascistas son sometidos a una represión mucho más aguda y profunda por parte de la policía comparándola a la que sufren los grupos fascistas”, explican.

En el Estado español son numerosos los grupos fascistas y neonazis con los que organizaciones reaccionarias nutren sus filas.Ejemplo de ello son 'Frente Bokeron' en Málaga, uno de los grupos más activos a nivel político y con multitud de adolescentes en sus filas; o el Frente Atlético, con numerosos militantes de organizaciones fascistas y neonazis entre sus filas.


Multas

Todas las gradas vascas tienen miembros sancionados económicamente o con prohibiciones de acceso a sus respectivos estadios. Iñigo Cabacas Herri Harmaila -que con su nombre hace referencia a un aficionado del Athletic Club fallecido por un pelotazo de la Ertzaintza- cuenta con 20 prohibiciones de acceso y más de 30 sanciones. Herri Norte suma 140 miembros con prohibiciones. Es más, desde 2019 la totalidad del grupo tiene denegada la entrada a San Mamés al ser acusados de “grupo radical organizado”. Además, hay entre 30 y 40 participantes con procesos administrativos o judiciales abiertos.

El grupo navarro Indar Gorri sufrió en 2016 la detención de 18 de sus integrantes acusados de “pertenencia a banda criminal”. También se han visto involucrados en decenas de detenciones y centenares de multas. Uno de los episodios más destacados es la acusación de oficio de la Policía Nacional a uno de los encargados de las redes sociales del grupo navarro por denunciar y señalar al jugador sionista Shon Weissman desde las cuentas de Indar Gorri.

Las gradas de Euskal Herria reciben acusaciones de “grupo radical” o “banda criminal”

Un miembro de Bultzada -afición de la Real Sociedad- destaca las numerosas detenciones que han sufrido por “hacer frente a grupos fascistas”. Unas 40 personas cuentan con algún tipo de sanción y mas de 100.000 euros en multas. En grupos como Indar Baskonia o Iraultza 1921 la dinámica represiva se va repitiendo con decenas de sancionados, identificaciones y prohibiciones de acceso a recintos deportivos.

El creciente autoritarismo y auge reaccionario que sufre la sociedad se ve reflejado en las gradas y en la represión que estas sufren en el día a día. Todos los grupos entrevistados coinciden en que “los estadios de fútbol sirven a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para aplicar y probar nuevas técnicas represivas y las que en un futuro se usarán contra protestas sociales”.

“Los estadios de fútbol sirven a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para aplicar y probar nuevas técnicas represivas y las que en un futuro se usarán contra protestas sociales”, coinciden todos los grupos

“Hechos que en la calle no pasarían a mayores, como sacar la bandera palestina, han sido perseguidos, multados y reprimidos en estadios de fútbol. Eso lo hemos vivido y lo estamos viviendo en San Mamés y en otros muchos campos”, relata un miembro de ICCH. Desde Indar Gorri señalan directamente a la “brigada de información y destacan que se puso como objetivo hace ya años la desaparición de Indar Gorri”. El grupo navarro destaca que “ nunca nos hemos reunido con la Policía Nacional ni lo vamos a hacer”.

Indar Baskonia destaca el gran dispositivo policial que se despliega cada vez que viene un equipo del Estado de Israel a jugar a Vitoria-Gasteiz: “Un despliegue conjunto entre la Ertzaintza y el Mossad, colaborando conjuntamente para reprimir las protestas en contra de la presencia sionista”.

Combatir la represión

Son diversas las herramientas que utiliza cada grupo para combatir la represión y las multas económicas. Las más comunes son: la organización de festivales solidarios, la venta de camisetas, sorteos, cajas de resistencia o huelgas de animación como presión hacia el respectivo club.

Desde Iraultza 1921 e ICHH inciden en que “la unión hace la fuerza, “si tenemos una visión integral y hacemos frente de manera conjunta, seremos más fuertes”. “El tiempo va en nuestra contra, si no sumamos a esta lucha a toda la gente que compone el mundo del fútbol será imposible disfrutar de nuestro sentimiento”, narra un miembro del grupo alavés.

En cambio, desde Bultzada, Indar Gorri y Herri Norte destacan como esencial “la colaboración con grupos antifascistas a nivel de Euskal Herria, del Estado español y europeo” y también la importancia de “implicar a otras organizaciones y asociaciones políticas”.

“El tiempo va en nuestra contra, si no sumamos a esta lucha a toda la gente que compone el mundo del fútbol será imposible disfrutar de nuestro sentimiento”, explican desde Iraultza 1921 e ICHH

Actualmente la represión en el fútbol se centra en ahogar económicamente a los colectivos, una presión que busca destruir personalmente y mentalmente a los miembros más activos y jóvenes de los distintos grupos. “Lo que la Comisión Antiviolencia, la Policía y los dirigentes de los clubes buscan es meter miedo y frenar a los más jóvenes con sanciones y amenazas para desactivar a futuras generaciones”, cuenta un miembro de Iraultza 1921.

Desde Herri Norte recalcan que “muchas veces se ha intentado acabar con nosotros pero con toda la represión sufrida hemos aguantado y aguantaremos”. El futuro de las gradas antifascistas en el Estado español y en Euskal Herria es una gran incógnita, un porvenir incierto y probablemente marcado por la represión y los probables intentos de despolitización de las gradas más comprometidas.

Fútbol
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